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Las mejores vistas panorámicas del municipio de Sant Josep

Sant Josep de sa Talaia reúne en sus 154 km² todo un catálogo de atractivos naturales que van más allá de sus 32 playas y sus más de 80 km de costa. Cada año miles de visitantes acuden al mayor municipio de la isla en busca de una belleza natural que también se extiende por su interior, sus bosques, montañas, campos y valles. Un tesoro natural que es acompañado por un rico patrimonio cultural que refleja siglos de historia en un lugar que fue encrucijada de culturas y civilizaciones muy diversas. La contemplación y el descubrimiento de esa riqueza se puede hacer en cada pueblo, cada camino, cada iglesia, cada playa, de punto en punto y paso a paso. Pero sin duda, una de las mejores formas de tener una visión más amplia, literalmente, es aprovechar las innumerables atalayas y puntos de observación desde las que, con poco esfuerzo, el visitante puede disfrutar de amplias panorámicas de los paisajes que conforman las tierras y las aguas de Sant Josep. Recorramos algunos de esos lugares y sepamos qué vista se puede contemplar desde cada uno de ellos.

 

Sa Talaia

Sa Talaia, próxima al pueblo de Sant Josep se erige, con sus 475 metros, como el punto más alto del municipio y de la isla de Ibiza. Desde su cima, de fácil acceso por un camino bien indicado, el visitante puede regalarse con espléndidas perspectivas hacia los 4 puntos cardinales de la isla. Sin embargo, las vistas más espectaculares son básicamente las que se proyectan hacia el lado de poniente, donde podemos apreciar, si miramos a nuestra derecha, la gran bahía de Sant Antoni, con el Cap Nonó destacando al fondo, y en el centro el precioso conglomerado de islas que forman los illots de Ponent, que incluyen Sa Conillera, S’Espartar y S’Illa des Bosc. Qué decir tiene que las puestas de sol desde la cima de Sa Talaia son uno de los grandes alicientes del paseo. Hacia el sur, por otra parte, las vistas abarcan los estanques de las Salinas, antecedidos por la playa des Codolar y los grandes acantilados de la sierra que separa ésta de la playa de las Salinas. Al fondo, el paso marítimo de los Freus, con el islote de Espalmador y la isla de Formentera ocupando una amplia extensión de la línea del horizonte.

 

Puig d’en Serra

Este macizo montañoso está frente a la población de Es Cubells y se accede a él por un desvío ubicado en la carretera que une este coqueto núcleo rural con Cala d’Hort. El esfuerzo de la subida es ampliamente recompensado con unas vistas excepcionales sobre la costa sur del municipio, comenzando por los campos cultivados que preceden a los acantilados de Es Cubells y prolongándose hasta enclaves costeros protagonizados por agrestes y verticales riscos marítimos. Se divisa perfectamente la bahía de Porroig, el acantilado que preside Cala Jondal, los estanques salineros y la playa de Es Codolar que da paso a las espectaculares paredes de piedra de los acantilados que remata Cap des Falcó. Más allá, los islotes que separan Ibiza de Formentera, y ésta, presidiendo el fondo sobre el azul del mar.

 

Torre des Savinar

Una de las vistas icónicas de la isla y una de las estampas más difundidas internacionalmente es la que se puede contemplar desde este privilegiado balcón repleto de historia y mística. Un tortuoso sendero nos lleva, bordeando los altos que limitan con el mar en la zona de Cala d’Hort, hasta una torre vigía del S. XVIII, que también es conocida con el evocador nombre de Torre del Pirata. Colgada prácticamente sobre el extremo del acantilado, la torre se proyecta sobre el azul intenso del mar y sobre la espectacular figura de los islotes de Es Vedrà y Es Vedranell. La impresionante mole del primero acapara toda la atención visual, y la torre se revela como el decorado perfecto para la contemplación del mediterráneo y de hermosas puestas de sol.

 

Sa Capelleta d’en Serra

Desde la zona de Benimussa, junto al camino del mismo nombre, se accede a una senda señalizada que nos conduce a otro enclave privilegiado: Sa Capelleta d’en Serra. En la ascensión, conforme ganamos altura, vamos perfilando los horizontes que se abren ante nosotros. Tras subir un último tramo, habilitado con una escalera de piedra, podemos acceder a la zona donde está construida esta pequeña capilla. Desde allí contemplaremos, hacia el sur, hermosas panorámicas sobre los verdes campos y los ondulantes bosques que se abren hasta el mar. Veremos con detalle la simetría de los estanques salineros y la fina línea de cantos rodados que los separa del mar y que configura la playa de Es Codolar. Apreciaremos la torre vigía de Ses Portes, en el extremo de la playa de las Salinas, los islotes del paso marítimo de Es Freus y la amplia silueta de Formentera, que se expande por el horizonte. Hacia el lado de Sant Josep podremos contemplar el núcleo urbano y la cima de Sa Talaia. Y, siempre, alrededor, la belleza del campo ibicenco, alternando campos cultivados con frondosos bosques.